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DIARIO «Sísifo anhelando a Icaro»

Jueves 14 Noviembre 14-11-2019

“Sísifo anhelando a Icaro”

Hoy me tomo vacaciones de la felicidad. Como un capitán que en su barco se sorprende rodeado por la tormenta hace años ya aprendí (me aprendí) que es inútil no prestarle atención, o tomársela demasiado en serio, hay que capear. Capear fue el verbo que me faltó después de tantos años de depresiones, pero después de hundir muchas armadas invencibles lo aprendí finalmente

Hoy inclino mis hombros como un Sísifo en bucle (valga la redundancia) y me hago responsable de mis pesos. Escribo por hacer algo que no sea pensar en tantas posibilidades de muerte. Me hundo ligero en el aire frío, descartando la flotación como medio de transporte, es que yo quise volar, quizás demasiado, como un eterno Icaro rebelde, como el rebelde que quiso abrazar al sol para ser eterno. Miro el árbol que tengo delante, desentierro mis raíces una y otra vez en perpetua curiosidad , no por asesinato de mis ecologías personales, las desentierro para entenderlas, para entenderme. La raíz del pasado se contrapone al fruto futuro y hoy tengo un día/raíz. Me siento frente a cien ventanas para observar las mil vidas que anhelé, y la música, siempre la música sonando en mi teléfono, mi reproductor o mi cabeza, ando siempre vistiendo unos cascos que me acomodan en mi realidad mental, «musíco» más que pienso a veces, y escucho música (me acabo de dar cuenta) con la esperanza de la esperanza, como quien mira cien ventanas anhelando, suena ahora la frase leave it alone de “September sun” de Type O Negative, las guitarras distorsionadas combinadas con melodías épicas siempre me relajaron.

Debajo de las ventanas la ciudad sucia, el asfalto inclemente (¿qué raíces desenterrar del asfalto, que flores pueden germinar desde el cemento?). Las farolas de falsa luz empiezan a iluminar los miedos de cada ciudadano que vive detrás de las ventanas, pero en el parque en el que estoy escribiendo esto no hay luces, ni siquiera falsas, la oscuridad se va a sincerar conmigo pronto, y ya no podré escribir.

Ahora suena Emen izango bazinia de “Negu gorriak”, Si estuvieras aquí. A lo mejor es eso, tener el sentimiento de decirle a alguien eso es lo que me falta. O a lo mejor los amigos, la familia, las relaciones nos distraen del hueco de nosotros. Todo es una distracción, un vacío por llenar, una mitología inventada, como la de tener los hombros caídos.

Pensar solo quizás sea lo más sincero que se pueda hacer hoy, quizás lo único verídico, eso y el vodka.

Qué desesperación sería de este mundo sin una mitología.

Hoy toca Sísifo anhelando a Icaro. Mi bucle por antonomasia.

Se fue la luz, me piro con la música a otra parte, oscuro y sincero.