Micromundos (Maxi Kohan fotografía)

©Maxi Kohan fotografía. PRohibida la reproducción parcial o total de estas imágenes sin permiso del autor.

Tormentándonos

Vimos venir la tormenta,

disfrutamos del espectáculo sin querer,

no supimos distinguir una gota de agua de una lágrima,

y al final, como en toda tormenta,

el vientolvido se lo llevó todo.

Instantes, momentos y memorias o ¿para qué necesito un fotógrafo?

Hay instantes breves que marcan una vida entera, esa situación que hizo que todo tu cuerpo sonriera, el día que recibiste un inesperado regalo, cuando terminaste un duro trabajo, el viaje de tu vida, ese primer beso eléctrico, el día que te casaste y dijiste “sí”, cuando viste a tu hijo por primera vez, los nervios de tu primera actuación/exposición.
Hay otros momentos que duran más, de los que no somos conscientes, como nuestra vida día a día, nuestra juventud (¡siempre somos más jóvenes que mañana!), nuestros hijos creciendo, el lugar en el que vivimos, las reuniones familiares, los amigos, los viajes que marcan, el último cumpleaños de tus abuelos.
Cada uno de esos instantes y momentos son algo a lo que nos aferramos para crecer, aprender, resistir, para superarnos, para vivir. ESOS MOMENTOS NOS DEFINEN, si dejas que desaparezcan, desaparece parte de ti. Y todo esto va mucho más allá de hacerte un selfie casual con tu móvil.
Lavas tu coche, limpias tu casa, cuidas tu teléfono ¿cómo tratas tus recuerdos? Y ya puestos a tener un buen recuerdo ¿no es mejor conservarlo con arte?
Nosotros, los fotógrafos/videógrafos somos conservadores de la memoria, restauradores de olvidos.
Dentro de 10, 20 años agradecerás haber decidido contratarme, y cuando ya no estés y sólo queden de ti esos recuerdos, esas fotos y vídeos elaborados con arte, los que te seguirán agradecerán también que me hayas contratado. Cuando lleves con tu pareja 30 o 5 años, y os recordéis en aquel vídeo, agradecerás haberlo filmado, y créeme: olvidarás lo que has pagado por ello, porque cada segundo de tu vida no vale ni todo el oro del mundo.
Una sesión de vídeo y fotos dura más que un diamante, y cuesta mucho menos.
No te olvides de ti mismo, mírate con el arte que mereces.

There are brief instants that mark an entire life, that situation that made your whole body smile, the day you received an unexpected gift, when you finished a hard job, the journey of your life, that first electric kiss, the day you got married and you said “yes”, when you saw your son for the first time, the nerves of the first performance/exhibition.
There are other moments that last longer, of which we are not aware, such as our day-to-day life, our youth (we are always younger than tomorrow!), our children growing up, the place where we live, family gatherings, friends, the trips that mark, the last birthday of your grandparents.
Each of those instants and moments are something we cling to to grow, learn, resist, to improve ourselves, to live. THOSE MOMENTS DEFINE US, if you let them disappear, part of you disappears. And all this goes far beyond taking a casual selfie with your mobile,
You wash your car, you clean your house, you take care of your phone, how do you treat your memories? And once you have a good memory, isn’t it better to preserve it with art?
We photographers/videographers are conservators of memory, restorers of oblivion.
In 10, 20 years you will be grateful for having decided to hire me, and when you are gone and only those memories remain of you, those photos and videos made with art, those who will follow you will also be grateful that you have hired me. When you have been with your partner for 30 or 5 years, and you remember each other in that video, you will be grateful for having filmed it, and believe me: you will forget what you have paid for it, because every second of your life is not worth all the gold in the world.
A video and photo session lasts longer than a diamond, and costs much less.
Don’t forget yourself, look at yourself with the art you deserve.

Maxi Kohan

C A L I M A


Fueron los días rojos,
un desierto lejano lloraba lustros de abandonos,
nos embarramos de humildad,
nos asustamos de ver nuestra sangre en el cielo.

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Fotos y texto por Maxi Kohan

(Fotos sin filtros. Durante los días de calima en La Tahá, Alpujarras granadinas, España)

¿Estáis de verdad preparados?

En los pasados días Irán lanzó misiles a Irak, hay bombardeos ya a 25 kilómetros de la frontera con Polonia. No, no van a bajar los precios otra vez, si, si va a haber escasez, el dinero va a perder su valor, los que vivan en las ciudades son los que peor lo van a pasar. Aún siendo colapsólogo no quise ser alarmista, pero últimamente las señales son ENORMES. Economistas de todos los colores en el mundo están avisando, (la deuda pública española, por ejemplo, es DESCOMUNAL y no parece que el gobierno relaje gastos), no digáis que no se sabía.

Os recomendaría empezar a crear redes en vuestros edificios, barrios y pueblos, a cultivar todo lo que podáis, no creo que papá-estado vaya a estar a la altura de ayudaros, nos toca a nosotr@s ahora, a la sociedad civil.

Perdón por soltar esto, al final sólo me leen tres colegas, pero me siento en la necesidad de zarandear a mucha gente que veo dormida mirando la TV, mejor dicho, mirando lo que la TV quiere que mires. Si tienes dinero, has comprado una casa o un coche caro vas a querer cambiar todo eso por un mendrugo de pan cuando no haya comida., y si tienes criptomonedas o inversiones y no hay luz, de muy poco te van a servir.

Queda esperanza, esa esperanza eres TU: haz, aprende, crece, no esperes que nadie te vaya a rescatar, únete a tu vecin@.

Esto va para los de derechas, izquierdas, centros, arribas, abajos, indepes, no indepes, fluides, ricos, pobres, supervivientes, abanderados y desbanderados, blancos, negros, amarillos y magentas, viejos, jóvenes y sobre todo a los niños que vienen.

(Foto: Maxi Kohan)

Caminando bosques

Todos los árboles son sagrados, las montañas refugios de tiempo, los bosques mi casa. No hay un «algo separado» de mi, todo es danza desnuda bailando entrelazada.
Quien no ve la perfección del universo en una hoja de otoño, o la fortaleza en las arrugas de un tronco quemado no entenderá el reino mágico que se esconde en los bosques, bajo tus pies todo es vida que sustenta más vida.

Tu, nosotros, el concepto mismo de yo no es ni siquiera un átomo en el grano de arena de una playa casi infinita.
Me diluyo en la tierra fértil, para ser yo mismo una semilla, otro ciclo.

Respeta, y siéntete diminuto ante cualquier minúscula flor, es mejor maestra que todas tus escuelas, si sabes escuchar.

Queridos hermanos humanos: dejad de robar, violar y destruir a la Tierra que todo nos ha dado sin pedir nada a cambio. No hay oro, platino o diamantes que valgan tanto como el fruto de cada ser vivo. ¿O es que acaso puedes comer ese oro, platino y diamantes? ¿Qué te sustenta realmente?: el verde que genera aire, el alimento que genera la tierra.
La tierra es para ti, no tuya, y tu eres para la tierra.

Fotos y texto: Maxi Kohan

кровотечение

cuando el infierno abre una puerta

pájaros de metal sangran

rojo impenetrable para el fuego

Fotos y versos ©Maxi Kohan

(Fotos sin filtro, después de un incendio en La Tahá, Alpujarra Granadina, España. El rojo es el líquido ignífugo que los aviones derraman para que no arda el bosque)

¿Quieres cambiar? ¿Puedes cambiar? La visita del murciélago

Anoche se presentó en mi habitación, majestuoso, imponente, no era «un murcielaguito», creedme, era muy grande. En aquel momento estaba mirando un documental sobre la cueva de los Tayos, y en un momento clave de mi pensamiento y del documental irrumpió desde la ventana que llenaba de luz de luna mi cuarto. Claro que me asusté, salí fuera como un resorte (que increíble ese instinto de supervivencia que tenemos), me senté en la terraza bañado de luna, mirando como volaba dentro de un lado a otro, se colgaba de las vigas boca abajo (juraría que mirándome), descansaba, y seguía dando vueltas sobre mi cama, como diciéndome «sal ya de la cama, es hora de moverse». Leí su significado (sí, creo en los símbolos y señales) y coincide con algo que llevo días reflexionando profundamente: ¿podemos cambiar?, me explico: dentro nuestro, muy dentro existe una voz de lo más sincera (creo que el 99% la escuchamos o intuimos, otra cosa es hacerle caso) que sabe muy bien cuando la cagamos, cuando contestamos mal a alguien, cuando continuamos con hábitos que sabemos no son buenos para el cuerpo y la mente, etc… Yo llevo tiempo prestando más atención a esa voz, y hacerle caso es justo de lo que habla el simbolismo de este animal, cuyo significado es el de «muerte chamánica». El candidato a chamán debe desprenderse de todos los anteriores conceptos que tuviese acerca de su yo. Simboliza la necesidad de llevar a cabo la muerte ritual de alguna característica de tu vida que ya no encaja con tu nueva forma de crecimiento. Así de lógico y sencillo: no nacerá nada nuevo en tu vida si no afrontas la muerte de lo viejo, ese proceso es difícil y doloroso, conlleva inevitablemente un sufrimiento más parecido al de un parto que al de una herida.

Claro que cambiamos, ¡imagina pensar igual que cuando tenías 7,13, 20, 30 años! Lo que pasa es que siempre nos quedan resquicios del pasado, hábitos, pensamientos recurrentes que con la edad se hacen cada vez más difíciles de transformar. Pero tenemos un maravilloso «cerebro plástico» que hay que activar. No dejan de maravillarme las religiones pre-cristianas y chamánicas, poseen una carga de sabiduría que aúna lo psicológico, lo físico y lo espiritual. Creo que nuestras sociedades occidentales han derivado mucho hacia la psicología «mental/física» olvidando lo importante del cuidado corporal y lo trascendental de lo espiritual. La educación regular no trata estos temas, las viejas terapias surgidas en el siglo XX no ahondan en esto. Ayer me sorprendí nuevamente al leer las pruebas a las que tiene que someterse un chamán, o quien busque un equilibrio «mente-cuerpo-espíritu»: soledad durante días en la naturaleza, a veces se consumen «medicinas» que abren la percepción, ayunos, enterramientos, bailes, tambores estridentes, respiraciones y meditaciones profundas, llevar el cuerpo al límite, rezos, cantos, todo un largo y complicado proceso que además imita mucho a la naturaleza. A mi, personalmente, esas terapias me resuenan mucho más que sentarme frente a un psicólogo a hablar (sin por supuesto menospreciar la psicología), sólo que creo que hablando, sentado, usando un lenguaje formal se dejan de lado otros aspectos que mas arriba mencioné (espíritu y físico). Por eso este resurgir de tanta gente siguiendo «el camino rojo», tomas de «medicina», más gente que medita, hace yoga, alimentación consciente, etc… porque estamos entendiendo desde occidente que la mente/ego no basta, que la trasformación, el crecimiento y la trascendencia pasan por prestar atención a TODOS los aspectos de nuestra vida, no sólo la mente. Y después de que cada uno de nosotros se encuentre a sí mismo en ese camino, cuando cada individuo sea plenamente consciente de su ser, trascenderemos de lo individual al colectivo, y ya sin ceguera caminaremos juntos, unidos por esa red en la que todo y todos estamos conectados, para al final trascender.

Un paseo virtual por Atalbéitar durante un dia de niebla.

Desde 2012 este pueblo se ha hecho mío en mi corazón.

Gracias a todas las personas que han formado y forman parte de este «uno de los últimos paraísos» como dice nuestro querido Jesús del «hornopol…». Ya sois parte de mi vida.

e n t r e a l m e n d r o s

Un nuevo video-retrato filmado y editado por mi

Pensar viendo una flor

El sol estaba renaciendo aún, el primer rayo acarició el terciopelo de un minúsculo pétalo violeta. En esos micro-instantes a veces la mente toma plena conciencia del «todo»: vi la luz y la sombra bailándose, sentí ese diálogo inapelable entre lo claro y lo sombrío. «Piensas demasiado en la muerte últimamente» me decía, y tomé consciencia que pensar la muerte es querer amar la vida, «quizás cuanto más busque la muerte más entienda la vida, quizás sólo quiero entender, no morir, o quizás el entendimiento supremo esté en mi muerte», otro pensamiento sin conclusión clara.

Sólo se en este amanecer en el que escribo esto, que sin el frio y lo oscuro de la noche no habría sentido en mi corazón el calor y la belleza de un sol haciendo el amor con una flor.

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The sun was still reborn, the first ray caressed the velvet of a tiny violet petal. In those micro-instants sometimes the mind becomes fully aware of «everything»: I saw the light and the shadow dancing, I felt that unappealable dialogue between the light and the dark. «You think too much about death lately» i told myself, and I became aware that thinking about death is wanting to love life, «perhaps the more I seek death the more I understand life, perhaps I just want to understand, not die, or perhaps the supreme understanding is in my death «, another thought with no clear conclusion.

I only know in this dawn in which I write this, that without the cold and dark of the night I would not have felt in my heart the warmth and beauty of a sun making love with a flower.

eterno

fue el fuego tu verdugo, el de tus hermanos e hijos
y después de muerto tu esqueleto seguirá soportando el frío
hasta que un día, el peso de todos tus pasados inviernos te quiebre
entonces, tus ramas al fin descansarán en el suelo que te dio la vida
y te disolverás en la cuna de tu tierra
y alimentarás a otra vida con tu polvo de serrines y musgos
cumplirás tu ciclo de eternidad

Cuando se rompan las camas

cuando se rompan las camas, 

cuando todo alrededor empiece a caerse, a despedazarse, 

y no importe,

cuando la violencia se transforme en placer, 

cuando el sexo libere, cuando la libertad se sexualice, 

cuando el lenguaje humano mute a jadeos, suspiros, resoplidos y sudores compartidos,

cuando las pieles se fusionen en aleaciones imposibles, indestructibles, pero maleables,

cuando los dioses se ruboricen de mirarnos pero no puedan apartar la mirada

y los templos se inunden de tus flujos y mi semen, 

cuando el ascenso se despida del vértigo,

cuando la soledad se fracture a sí misma,

cuando te vayas

y no duela

entenderé que empiezo a entenderte

amor

Mi trío de ases en de la fotografía

Nunca tuve posters de ídolos, calendarios con chicas de moda ni fui amigo de banderas. Para mi la admiración pasó siempre por la gente que he conocido en persona, algunos pasaban un día, un rato, muchos amigos que siguen conmigo, admiro a mi madre, admiro la obra de un artista más que al artista mismo, admiro un amanecer, la fuerza del mar, lo impensable del universo, la sabiduría de la roca y la montaña, los ojos de quien amé, algún verso o melodía que haya cambiado la historia (o a una persona, que es lo mismo). Eso del fenómeno fan era para mi. Además de que muy pocas cosas me llegan a sublimar, y lo busco, soy un buscador incansable de lo sublime. (Algo de esto ya lo cuento en la única entrevista que me han hecho hasta la fecha: https://issuu.com/esmadridnomadrizmgz/docs/emnmm_diciembre_2017 pag 52)

Tampoco hubo nada en mi vida que me guiase hacia la fotografía, todo parecía dirigirme a un camino de letras, mis primeros versos datan de mis 8-9 años, siempre me gustó escribir, leer ensayos y poesía. Después me tropecé con la música, la hice mi musa durante años, y la seguiré amando hasta mi muerte, pero la fotografía nunca se me había presentado aún, bueno, si había algo que me llamaba la atención cada vez que visitaba librerías, me despertaban la curiosidad ciertos libros de fotografía erótica, especialmente en b&n, me excitaban de una forma que no entendía, no me gustaban las Play boy de la época, ni ver chicas desnudas, pero ESAS imágenes me cautivaban sin saber porqué, y fue así durante años. Mucho después aprendí que muchas de esas imágenes eran de un tal Helmut Newton, esa mezcla de arte, deseo, belleza, fashion y erótica, sumada a la maestría con la cámara me fascinaron. Muchos muchos años después llegó la fotografía a mi vida, en los albores de mis 30, pero eso es otra historia que ya contaré. Me dediqué y dedico a eso desde entonces, entre otros menesteres. Pero aún gustándome muchos fotógrafos nada me cautivó tanto hasta conocer la obra de Gregory Colbert, poesía hecha imagen, nadie ni nada hasta ahora se parecen a la obra de este monstruo: https://gregorycolbert.com/. Recuerdo el día que lo vi por internet, me pasé toda la noche (ad)mirándolo y llorando, síndrome de Stendhal lo llaman. Ese fue mi tercer «ídolo». Muchos años antes había conocido el trabajo de otro, más cercano, español, quizás por su personalidad, por su fantasía y sobre todo su humildad me enganchó enseguida, en sus entrevistas veía una parte de mi mismo, en sus imágenes veía lo que yo quería de mis fotos, sobre todo en lo concerniente a la curiosidad y la creatividad, el se llama Eugenio Recuenco, lo seguí, admiré y sobre todo aprendí mucho de sus imágenes y palabras, años después lo llegué a ver en persona por casualidad y mediación de una amiga (¡gracias Nati!) que me invitó a una conferencia suya en el Museo del Traje de Madrid, y buff, ahí si que me vi envuelto en el fenómeno fan, mientras hablaba iba pensando en que decirle al acabar la charla, me decía a mi mismo: no digas chorradas tipo «admiro tu trabajo», se inteligente Maxi, averigua cosas de el, no se, talleres, workshops, dile algo inteligente, personal, quería ser su amigo, su ayudante, su observador, lo que sea. Acabó la conferencia, y yo, muy muy nervioso esperé mi turno para hablar con el, le dí la mano, y me quedé paralizado, como un fan adolescente ante su ídolo, y lo primero que le dije fue «admiro tu trabajo», no supe continuar la conversación, el estuvo super majo, hablé no se de que con el unos minutos, seguro que diciendo estupideces, recuerdo estar temblando literalmente, no podía casi mirarle a los ojos, el me sonreía y me retiré casi corriendo (para haceros una idea eran aún los tiempos de revelar en casa, lo digital o internet no habían aparecido en el mundo aún). Quizás debería haber aprovechado más esa oportunidad, pero físicamente no pude.

Acabo de ver este vídeo de su última expo, después de mucho tiempo volví a escucharlo, y reconocerme, esta vez en un camino que no supe seguir.

Este hasta la fecha es el trío de ases que guían mis imágenes. Quizás aparezca otro, o algún día quiera yo ser un as también.

recompensa

ahora que rezo a tu piel de siglos

que creo en todas tus formas esculpidas por el arquitecto de los arquitectos: el tiempo

ahora que vuelvo donde siempre estuvo mi naturaleza: en la naturaleza

que leo claramente las conexiones de los bosques, el lenguaje de las ramas, la necesidad de tierra

ahora que encontrarte es reencontrarme me reafirmo en lo que calla mi voz, en lo que grita mi instinto:

el primer paso hacia el vacío es el aislamiento

al menos fue así en mi minúscula y nimia historia, que es todo lo que se y que nadie sabe mejor que yo:

morí cuando me abandoné, me abandoné cuando me vacié, me vacié cuando me aislé

también podría decir que el vacío es la recompensa, una promesa de llenado constante

un poema nuevo cada vez

y que morir es sólo una oportunidad

Malabarista cuántico

Hoy quiero ser montaña, música y olvido.

Ser la permanencia, el tiempo del frío en una roca, testigo viejo de la historia, la montaña, ser montaña.

Cantar bailando desnudo bajo las estrellas, ser la vibración armónica en la belleza de una melodía, medir el tiempo en una canción, la música, ser música.

¿Y el olvido, por qué ser olvido? esa palabra sin rastro ni rostro, pensar en ser olvido requiere dotes de malabarista cuántico. Pero es que en el olvido descansan las disoluciones de todo lo perfecto, el olvido es el último sueño, ser olvido.

SE BUSCA MÁRTIR PARA CAUSA INDEPENDENTISTA


En el fragor de nuestra particular lucha contra el opresor, nosotros, el gobierno (fragmentado y electo por menos de un 50%) hemos convenido que: las movilizaciones continuas, el cierre de fronteras, la quema de material urbano, sólo aceptar una bandera (la nuestra), el bloqueo universitario, la educación a los niños en el concepto de «los otros nos odian», no nos ha conducido a nuestra noble causa de independencia. Observando otros movimientos y luchas en el mundo creemos que necesitamos un mártir para poder gritar con más fuerza «os lo dijimos, son opresores, nos están matando». Preferentemente menor de edad y mujer puesto que genera mejores resultados. Por lo tanto invitamos a todos los padres afines a nuestra justa causa a continuar alentando entre nuestros jóvenes una resistencia feroz, a seguir tensando la cuerda, a inculcar el «nos odian», creemos así que tarde o temprano produciremos al menos un muerto, quién se convertirá en nuestro mejor argumento. Nosotros como gobierno estaríamos encantados de ir al frente con vosotros e inmolarnos, pero como comprenderéis, alguien tiene que gobernar cuando consigamos nuestra ilustre separación.
Y recordad que todo aquel que no piense como nosotros es un opresor. ¡Viva NUESTRA libertad!

DIARIO «Sísifo anhelando a Icaro»

Jueves 14 Noviembre 14-11-2019

“Sísifo anhelando a Icaro”

Hoy me tomo vacaciones de la felicidad. Como un capitán que en su barco se sorprende rodeado por la tormenta hace años ya aprendí (me aprendí) que es inútil no prestarle atención, o tomársela demasiado en serio, hay que capear. Capear fue el verbo que me faltó después de tantos años de depresiones, pero después de hundir muchas armadas invencibles lo aprendí finalmente

Hoy inclino mis hombros como un Sísifo en bucle (valga la redundancia) y me hago responsable de mis pesos. Escribo por hacer algo que no sea pensar en tantas posibilidades de muerte. Me hundo ligero en el aire frío, descartando la flotación como medio de transporte, es que yo quise volar, quizás demasiado, como un eterno Icaro rebelde, como el rebelde que quiso abrazar al sol para ser eterno. Miro el árbol que tengo delante, desentierro mis raíces una y otra vez en perpetua curiosidad , no por asesinato de mis ecologías personales, las desentierro para entenderlas, para entenderme. La raíz del pasado se contrapone al fruto futuro y hoy tengo un día/raíz. Me siento frente a cien ventanas para observar las mil vidas que anhelé, y la música, siempre la música sonando en mi teléfono, mi reproductor o mi cabeza, ando siempre vistiendo unos cascos que me acomodan en mi realidad mental, «musíco» más que pienso a veces, y escucho música (me acabo de dar cuenta) con la esperanza de la esperanza, como quien mira cien ventanas anhelando, suena ahora la frase leave it alone de “September sun” de Type O Negative, las guitarras distorsionadas combinadas con melodías épicas siempre me relajaron.

Debajo de las ventanas la ciudad sucia, el asfalto inclemente (¿qué raíces desenterrar del asfalto, que flores pueden germinar desde el cemento?). Las farolas de falsa luz empiezan a iluminar los miedos de cada ciudadano que vive detrás de las ventanas, pero en el parque en el que estoy escribiendo esto no hay luces, ni siquiera falsas, la oscuridad se va a sincerar conmigo pronto, y ya no podré escribir.

Ahora suena Emen izango bazinia de “Negu gorriak”, Si estuvieras aquí. A lo mejor es eso, tener el sentimiento de decirle a alguien eso es lo que me falta. O a lo mejor los amigos, la familia, las relaciones nos distraen del hueco de nosotros. Todo es una distracción, un vacío por llenar, una mitología inventada, como la de tener los hombros caídos.

Pensar solo quizás sea lo más sincero que se pueda hacer hoy, quizás lo único verídico, eso y el vodka.

Qué desesperación sería de este mundo sin una mitología.

Hoy toca Sísifo anhelando a Icaro. Mi bucle por antonomasia.

Se fue la luz, me piro con la música a otra parte, oscuro y sincero.

Mi programa electoral

Votaría a un gobierno que me mire a los ojos, transparente, que me mire sin papeles, sin discursos enlatados y promesas derretidas, que me hable improvisando, desde adentro, desde el “yo siento” más que desde el “yo te convenzo”.

Votaría a un gobierno que diga “lo siento, me equivoqué” y que quiera dame la mano porque quiere darme la mano, no porque quiera “parecer” que me da la mano para una foto.

¿Dónde están esos políticos que saben que la humildad de la sinceridad es la fortaleza de la verdad? ¿existen?

Votaría a un gobierno que siendo fuerte abrace las debilidades de la historia, no que me asuste con ellas.

Votaría a quienes promuevan como bandera los colores de la cultura, el progreso y la investigación, porque eso es lo que hace a largo plazo despuntar una economía creando una sociedad feliz, porque una sociedad educada en el pensamiento crítico es una sociedad de éxito, libre, y una sociedad de borregos tragándose las modas, los discursos clónicos del miedo, los informativos, es una sociedad esclava.

Votaría a una sonrisa sincera antes que a un traje impoluto y caro.

Hay una palabra que nunca he oído en un debate electoral, una palabra muy básica, la palabra de la creación. Es la palabra “amor”, se escucha poco a un político pronunciarla. De hecho en los últimos debates erectorales (si, con r) de los últimos años no se ha pronunciado ni una vez. Y diréis “bueno, esto es muy hippie ¿no?, ¿cómo van a decir amor? Pero piensa una cosa ¿qué es la vida sin lo que simboliza esa palabra? ¿qué es una vida sin amor? El amor de los amigos que te van a acompañar durante tu vida, el de la familia que te dio sustento y te hizo crecer sano, el amor de un compañero/compañera que te siga y al que seguir porque juntos sois mejores ¿Qué sería de la vida sin el amor que le has dado a un hijo y que el después te da a ti? Y sí, porqué no, el amor de un gobernante por su pueblo, ese amor contaría con mi voto.

¿No es eso básico y fundamental? ¿sigues pensando que no es importante? ¿Por qué no se puede hablar de amor en la política?

Definición de gobernar:

  1. Ejercer la dirección, la administración y el control de un Estado, ciudad o colectividad.
  1. Conducir o dirigir una embarcación o un vehículo.

Vivimos bajo gobiernos que se creen solamente la primera acepción del término, nos han hecho tragar que ser político es “dirigir, administrar, controlar”. Yo quiero un gobierno que se guíe por la segunda acepción, que esté en el mismo barco que yo, que boguemos juntos esa embarcación, porque si se conduce mal naufragamos todos, y por eso nos conviene elegir al mejor capitán. Lo que pasa es que los políticos no temen un naufragio, porque no les afecta a sus privilegios.

En cualquier trabajo, si yo no cumplo las expectativas para las que fui contratado soy despedido, pero hoy en día si las políticas de X o Y fracasan, aunque pierdan las elecciones, siguen cobrando buenos sueldos y ocupando escaños. Por eso no temen una crisis, manifestaciones o naufragios. Se han ocupado de tener los mejores salvavidas: excelentes sueldos, régimen especial de la seguridad social, aforamientos, jubilaciones preferentes, etc…

Yo creo que si un capitán se arriesga a navegar con su barco daría la vida y su mejor esfuerzo para que no nos hundamos.

Pido que tratemos a los políticos como a cualquier trabajador, incluso que se le exija más por su enorme responsabilidad, que tengan experiencia en el campo que les toque administrar, basta ya ese juego de ir repartiendo ministerios a dedo. En el Ministerio de Defensa quiero un ex soldado que haya estado en el frente, que haya sentido el peligro de la guerra, el miedo de la muerte y que no lo desease para sus hijos, para nosotros, que nos proteja, en Agricultura quiero alguien que se haya embarrado las manos cultivando, en Sanidad un graduado en medicina que haya hecho guardias maratonianas y haya cobrado la vergüenza que cobran los médicos, en Educación quiero al mejor profesor, al mejor filósofo, en Ciencia quiero un científico, etc… y exijo también que para esos cargos tengan que superar duros exámenes, como cualquier dentista, operador de maquinaria pesada, abogado o profesional.

Se habla mucho de economía, pero más allá de la economía está el respeto, más allá de la educación está el entendimiento, antes que la sanidad está la prevención, antes que acrecentar a las fuerzas armadas el saber proteger a las debilidades indefensas.

Votaría a un gobierno que quiera a su pueblo como se quiere a un hijo, a largo plazo, siempre dando y sin pedir nada a cambio, porque el interés mutuo es que crezcamos juntos y alegres, y a eso no se le pone precio.

No hay economía que cueste una vida.

¿Sabéis cual es la primera causa de muerte externa en este país? No son los separatismos, no es la violencia de género, ni los homicidios ni los accidentes de tráfico: es el suicidio. En España se suicidan 10 personas diarias de media, 70 semanales, 240 al mes. Y puede que muchas más. ¿Habéis oído bien? Si, aproximadamente cada dos horas y media se suicida una persona. ¿No os parece esto un tema que debería estar en portada o al menos hablarse más que de otros temas actuales? ¿no sería eso preocuparse por la realidad y no por lo que los medios de (in)comunicación ponen de moda?

Silenciando la muerte silenciamos lo real de la vida. Eso hace la política, silenciar lo real, la verdad.

¿Sabéis que creo que solucionaría esto? Esa palabra tan hippie y que apenas pronuncian los políticos.

Votaría a un gobierno que más que adoctrinar un imperio de ley se preocupase por construir una república de amor.

corazon congelado

Jinwar, la libertad desconocida

Jinwar es una palabra que casi nadie ha oído, un lugar que casi nadie ha visitado, es ese rincón del que nadie habla ni se ha interesado, Jinwar es un bello ejemplo, un oasis en su zona, un experimento necesario en esas latitudes que resuenan lejanas, pero que están a pocas horas de avión.

La mayoría no lo conoceréis porque es relativamente nuevo, por ignorancia mediática o por connivencia internacional, y quizás por la pereza de investigar que existe en sociedades acomodadas como en la que yo vivo (España), dónde los canales de TV, prensa, debates vacíos y tertulias repetitivas ocupan todo el espectro (des)informativo, y los medios además de estar absolutamente manipulados según qué partido político o que  grupo empresarial, están creados sólo para asustar, ganar dinero con publicidad, generar alarma, miedo y aislamiento.

Otra aclaración antes de descubrir porqué Jinwar es tan fantástica.

Tengo la suerte de vivir en un país que está muy a la cola a nivel mundial de países inseguros, dónde aunque quede camino por construir aún, tenemos una constitución que no es discriminatoria, dónde cada mujer es libre de decidir cómo vestir, cómo expresarse, manifestarse, votar, elegir con quien salir o tener relaciones sexuales, divorciarse, denunciar libremente, trabajar y viajar dónde quiera. Puedo estar orgulloso de vivir en un país dónde no se mutila con una cuchilla el clítoris de sus mujeres (una de cada 20 niñas y mujeres han sufrido alguna forma de mutilación genital femenina según la ONU, son unos 200 millones)

Me he pasado horas estudiando estadísticas mundiales sobre violaciones, denuncias de maltrato sexual, prostitución forzada, discriminación, ablación de clítoris, matrimonios forzados, abusos a menores y mire la fuente que mire, España está muy muy muy lejos de los países dónde es más difícil vivir para las mujeres. Desde aquí deberíamos más que apreciar, defender la belleza que representa Jinwar.

Si viajas al norte de Siria, a la parte occidental del distrito ed-Derbasiah del cantón de al-Hasakah cerca de la colina Kebaz encontrarás Jinwar, cerca de las aldeas de Karkand, Harba, Atishan y Kirwan.

Jinwar es un oasis, un experimento de paz para las mujeres que tantísimo han sufrido en ese lugar del mundo, un lugar creado por y para las mujeres, defendido por ellas mismas, bajo el auspicio del pueblo al que pertenecen: los admirables kurdos. Uno de los pueblos más antiguos de la humanidad, quienes más han ayudado a luchar contra la violencia del ISIS, de Saddam Hussein, y de todas las teocracias suicidas de la zona, dónde una mujer, después de la revolución de Rojava, no sólo es libre, si no que puede enfundarse un fusil como cualquier soldado. Yekitiya Star, su movimiento feminista es sin duda un ejemplo para todos esos países que están a la cola en libertades femeninas.

Un lugar de encuentro para ellas, de autosestenibilidad, de aprendizaje, de apoyo mutuo, un lugar donde estar a salvo y aprender a ser más fuertes e independientes. Muy alejado de esos infiernos como India, Arabia Saudí, Siria, Nigeria, Somalia, Congo, Yemen, Pakistán y EEUU (sí, EEUU está en la indecorosa lista de los 10 lugares más peligrosos para las mujeres). En Europa la cosa está bastante mejor que en el resto del mundo según todas las estadísticas, a excepción asombrosamente de Suecia, con unos índices dramáticos.

Las mujeres kurdas son un ejemplo de superación pocas veces mencionado, ni siquiera por las voces feministas.

No me voy a extender en este artículo sobre lo que es esa aldea, porque basta teclear el nombre de Jinwar en internet para obtener reportajes y noticias de aquel lugar. Os invito a hacerlo, hay mucho material en español también.

Si lo menciono ahora, día 7 de octubre de 2019 es porque ese lugar peligra. En el momento en el que escribo este artículo la artillería Turca ha empezado a resonar muy cerca, y el poblado ha tenido que ser evacuado. Esto ocurre porque otra vez (han sido varias) EEUU después de utilizar a los kurdos, a quien todos deberíamos estarles más que agradecidos, los ha dejado a su suerte, permitiendo que Turquía haga lo que quiera en la frontera Siria. Las sanciones internacionales han sido tibias con el régimen de Erdoğan, como siempre. Cabe aclarar que más que EEUU ha sido una decisión personal de su presidente, porque ni el Pentágono, ni el Departamento de Estado ni muchos políticos del partido de Trump han estado de acuerdo. EEUU sabe que no apoyar a sus aliados le traerá graves consecuencias en el futuro.

Me hubiese gustado que estos días en que vivimos una muy necesaria visibilidad sobre la violencia de género, callada durante tanto tiempo, se escuchasen voces más claras de apoyo internacional hacia esas mujeres que no tienen ni un 5% de lo que en occidente hemos ganado. Claro que aún nos queda camino por recorrer aquí, no lo niego, pero no es ni comparable con lo que sufren millones en silencio en tantos lugares del planeta.

Y puestos a pedir, exigiría al gobierno de España que no comercie con países dónde la mujer está en peor situación que en el Medievo europeo.

Dejo aquí un párrafo extraído de la Secretaría de Comercio Español:

Como el resto de países que conforman el CCG actualmente, las relaciones bilaterales entre la Unión Europea y el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) -al que pertenece el Reino de Arabia Saudita, junto con Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar- se enmarcan en el Acuerdo de Cooperación de 1989.G, hasta el momento, Arabia Saudita es beneficiaria del Sistema de Preferencias Generalizadas de la UE y, por tanto, sus productos pueden entrar en el mercado comunitario en condiciones preferentes.

No sólo comerciamos con países enemigos de las mujeres, si no que por ejemplo Arabia Saudí tiene condiciones preferentes. Hablo de un país dónde los latigazos y la cárcel están a la orden del día para aquellas que levanten la voz y quieran vivir como se vive aquí. Eso sí que es Patriarcado en mayúsculas.

Mientras tanto Jinwar está vacía, porque nadie ha hecho nada.

Maldita hipocresía.

mujeres kurdas(Reuters)

 

Adagio kamikaze

adagio kamikaze

 

A mis vecinas

Vivo en un barrio obrero, de esos sin personalidad arquitectónica ni urbanística, panales de abejas monstruosos, construidos mal y deprisa, con paredes (digo pared por ser educado con el arquitecto) de papel. Se escucha cada alegría y cada reproche, pero en mi casa somos educados, en mi familia nunca tuvimos costumbre de hablar alto, no nos gusta gritar o abanderar quejidos, ni subir volúmenes que resulten ofensivos, yo cuando quiero intensidad me pongo mis cascos, me meto en mi mundo egoísta y me arranco por bulerías a todo volumen en privado, hablamos bajito incluso a latas horas, perdón, digo altas, pero mis vecinas no, madre e hija, genéticamente acompasadas se pasan el día gritándose la una a la otra consignas como “trae la coca-cola”, “ pero por qué pollas X o Y” y lo peor, es que tienen tele nueva, seguro que muy grande para la minúscula habitación y con buenos altavoces apuntando justo a la pared/membrana contigua a donde duermo, las oigo cada noche comentar “Gran Hermano”, “Master Chef” y demás programas del estilo, como si fuera el último discurso de Stalin alentando la guerra obrera a toda una nación. Yo, en arranques de mal humor a veces, confieso que he golpeado la pared, siempre a partir de las 23:30 por respeto ciudadano, aunque lleve desde las 22 intentando dormir, porque gusto de madrugar, y ellas, bueno, alguna alusión sentirán porque bajan un “poquito” el volumen, se quejan en voz alta, pero siguen con su ocio ocioso y su altavoz puntero 3D de última generación

Esta semana lo aguanté estoico, un par de noches estaba tan nervioso que hasta dejando de fumar me encendí un par de pitis, otra noche lloré de la desesperación recordando cuando vivía solo en la montaña, en un cortijo donde el silencio nocturno hasta asustaba, se oían incluso las estrellas bostezando, el descanso era obligatorio allí para el alma.

Pero esto es la ciudad, la guerra urbana, así que viernes por la noche, después de una semana de nominaciones absurdas en la TV decidí contraatacar.

Es cierto que quizás intentar dialogar sería una opción, llamar a su puerta y decirles “mira, me levanto muy temprano y necesito dormir”, pero confieso que me da vergüenza, porque también es cierto que no es que sean “killers” del volumen, ellas disfrutan con eso y lo respeto, lo que no entienden es que a mí su ocio ocioso no me interesa en absoluto. Ser educado, sólo serviría para que me mirasen como a un loco. Ellas están acostumbradas al griterío, las altas voces y las paredes/membranas de papel, me escucharían, me dirían “si, si” y volverían con su adorado “Gran Hermano” (por cierto, ¿de qué va eso? no tengo nada en contra de los concursos, de competir, de plantear estrategias, de superarse, pero eso no lo entiendo).

Así que, dado que mañana es mi día de descanso, de mi “nada”, no ejercicio físico, no madrugar, sólo descansar, decidí egoístamente vengarme.

Y mi venganza no fue golpear la pared, ni tocar su puerta, ni gritarles. Mi venganza fue poner mi pequeño altavoz apuntando directo a nuestra pared/membrana contigua, como los cañones de una gran armada naval cristiana dispuesta a hundir a los Otomanos, y hacer sonar el concierto para piano Nº 23 de Mozart, especialmente a buen volumen su segundo movimiento, el adagio, dónde la fuerza, lo romántico y la calma se conjugan perfectamente, ingenuo pensé que entenderían el acto transformador de la belleza, me las imaginé llorando y temblando en el suelo bajo el síndrome de Stendhal (si, soy demasiado iluso para este barrio) pero ellas contraatacaron subiendo el volumen, me enteré que una tal “Adara era la favorita” y “que el maestro Joao era un falso y que “les faltaba coca-cola”, no me rendí, y si el 23 de Mozart no fue suficiente emprendí la contienda otra vez con el concierto para piano Nº 20, insistí con Mozart por ser clemente (la dodecafonía de Shoemberg era la artillería pesada que me reservaba para casos extremos, sólo en previsión de una guerra nuclear mundial me atrevería).

Su volumen fue incontestable, me creí aplastado, su tecnología era mayor, pero recordando las estrategias de un Blas de Lezo del siglo dieciocho defendiendo Cartagena de los ingleses ( en clara inferioridad y aprovechando su experiencia) hice acopio de mis armas armónicas, acerqué más mi altavoz a la pared, volumen 6 de 10, la misma pared empezó a vibrar ligeramente, entonces me dije “no podrán con Beethoven”, el heavy metal de la época, así que me arranqué con su séptima sinfonía, era fuerte al inicio, hermosa, real en el sentido de “realeza”, relajada pero incontestable en su primer movimiento, había una regia y tensa calma allí, pensé que eso las haría recular aunque en su vida hubiesen oído música clásica más que en algún anuncio de TV, me dije “el segundo movimiento es capaz de hacer llorar a un minotauro furioso, eso las aplacará». Esperé todo el primer movimiento, volumen 7 de 10, ya las paredes a ratos vibraban un poco más, “cuando empiece el segundo van a flipar” me decía yo iluso, pensando que lo que para mí era belleza lo sería para ellas también, motas de pintura empezaron a caer del techo. Pero no hubo respuesta satisfactoria del otro lado, hablaron aún más alto, el hermano de la hija que gritaba al otro lado era un capullo, y sus compañeras de clase también, y el vecino, y el colega, y el otro, y el otro, Jorge Javier alentaba a Belén Esteban a reprobar a otra concursante. Me aumenté, 8 de 10, sin embargo su altavoz era claramente más poderoso, pensé que la batalla estaba perdida, pero no contaron con mis conocimientos técnicos, recordé que EEUU ya está trabajando en el campo de las armas sónicas (deben de haber tenido ya varias vecinas como las mías), acerqué el altavoz a la columna maestra del edificio que pasaba por mi casa, subí al 9, y aunque mi sonido fuese menor que el suyo, hizo reverberar a Beethoven en cuatro plantas a mi alrededor. Lo que intentaba era conseguir un fenómeno físico llamado “cancelación activa de ruido”, pero a lo bestia, es muy sencillo: el sonido se transmite en forma de ondas sonoras. Diferentes sonidos provocan diferentes ondas sonoras que se suman entre ellas para dar una sola onda (que es lo que nuestro oído percibe). Cuando tenemos ondas sonoras de la misma frecuencia en un mismo espacio hablamos de interferencia. Estas interferencias pueden ser constructivas o destructivas, según si la onda resultante tiene una amplitud mayor o menor a la onda de interés. Yo ya quería destruirlas a ellas y a Tele Cinco. La vibración de poética pasó a real, un tsunami en Indonesia era una broma en comparación a esto, decidí en ese momento acabar como un kamikaze japonés por su emperador, mi emperador era la paz y el silencio, y aunque cómico/dicotómico, en aquel momento decidí morir por mi causa.

El segundo movimiento de la séptima de Beethoven por fin empezó, promete tormenta ya en su comienzo, pero se va relajando en su tensión romántica, hay de repente jardines clásicos, calma, lagos en quietud, pero no abandona lo que vendrá después… ¡tan tan tan taan tan!, el tempo recordaba juegos de niños al principio, la séptima avanzó, y en el momento del “tan tan tan taan tan” la vibración encontró su hueco perfecto en la columna maestra, mis vecinas sólo pudieron intentar alcanzar el mando a distancia justo en el momento de la expulsión del último concursante de “Gran Hermano”, cuando el edificio, al final del movimiento, se empezó a desmoronar.

La causa era tan universal entonces que mi tía y mi madre (silenciosas, respetuosas y educadas) se convirtieron en ruidosas víctimas colaterales de esta guerra por el respeto mutuo, golpeaban mi puerta preocupadas mientras los adornos empezaban a caer de las estanterías, yo seguía enfrascado en mi batalla por el decoro, ya no me importaba nada más que la victoria, la lección era lo sublime, Beethoven se convirtió en mi arma de destrucción masiva-misiva.

Todo tembló, y cuando el primer ladrillo cayó delante mío esbocé la sonrisa más sincera de mi vida.

La justicia bebe sangre a veces. Los sacrificios humanos no son nada nuevo en la historia, hoy se llaman “víctimas colaterales”.

En los informativos y periódicos de los días siguientes comentaron como en un barrio obrero de Sevilla se vino abajo un edificio entero sin causa aparente, dejando decenas de muertos y heridos. Días de entrevistas a los arquitectos, testigos oculares, familiares destrozados, banderas a media asta. Alguien comentó que creyó oír música en el momento del derrumbe, pero pasó desapercibido.

Hubo guerras ganadas con el silencio del respeto. Hay kamikazes que mueren sonriendo. Desde la tumba de Beethoven se escuchó una carcajada.

Larga vida al emperador.

11 de marzo 2004, Madrid. La irresponsabilidad de la paz ácida.

Despertamos, hicimos el amor, descansamos, estábamos demasiado bien, yo llamaría al trabajo para decir que estaba enfermo, y ella no iría a dar sus clases de baile, no había urgencia por coger ningún tren.  Reímos un rato y entre juegos de caricias nos mirábamos cara a cara enamorados. Decidimos quedarnos en la cama un rato más, no había prisa ni preocupaciones, yo preparé café, nos sentamos en la cama con esa calma que sólo un porcentaje muy pequeño de occidente puede sentir en el mundo entero.

En ese preciso momento María se subía al tren para ir a trabajar como cada día.

Las caricias renacieron, nos besamos entre cada sorbo de café, mientras tanto Jamal dejaba una mochila en el vagón de María.

Ella se puso encima mío otra vez y volvimos a hacer el amor, me gustaba estar debajo, la visión de sus pechos perfectos, ese rostro precioso, nuestra irresponsable juventud, la grandeza y el poder que veía desde esa posición me excitaba aún más.

Jamal se bajó del tren. El café ya estaba frío para cuando acabamos, pero a mi me gustaba igual.

El teléfono de mi novia empezó a sonar, y mientras hablaba me miraba  dubitativa, “no, estamos bien”, el mío sonó también. Encendimos la TV, y la realidad como un golpe pareció de repente una película de Hollywood.

Mientras eso pasaba Koffi, en el Congo, bajaba una vez más a la mina, tenía 13 años pero ya llevaba dos trabajando allí, tosía como cualquier adulto enfermo, pero cada gramo de coltán que extraía era un poco de pan para su familia.

Estábamos en las afueras de Madrid dónde yo vivía, el tren era el medio de transporte más común, y por Atocha habríamos pasado más de 300 veces a diferentes horas.

En Shenzhen, China, Suyín, de 19 años, acababa de terminar su jornada de 11 horas de trabajo, montaba piezas para ordenadores portátiles. Se fue agotada a dormir pensando en visitar a sus padres pronto, a los que no veía hacía tres años.

Quizás el amor nos salvó aquella mañana, pero no fue suficiente para los 193 muertos, y los más de 1800 heridos en ese atentado de Atocha.

Hoy recordé esa mañana de 2004, estamos en 2019, vivo en Sevilla, España, y me viene al estómago la sensación de la irresponsabilidad de la paz, el sabor es de una acidez hipócrita. Pienso en esas manifestaciones que tenemos ahora, pienso la cantidad de países y millones de personas que no pueden manifestarse aún, no tienen tiempo más que para sobrevivir día a día, y si se manifestasen morirían.

Es la hora del informativo, veo en las noticias políticos clónicos repitiendo mensajes clónicos, cambio de cadena y veo un programa de cocina, cambio de cadena y veo gente “perfecta” resolviendo crímenes de otra gente “perfecta”, miro instagram y veo modelos esculturales de gimnasio, en el canal infantil ponen un clásico de Disney, mi vecina, una preciosa chica ecuatoriana de 20 años que cuida a una anciana canta mientras cocina aquí al lado, y yo mientras tanto escribo esto en un portátil que tiene coltán y piezas chinas.

No soporto la sensación de sentir las sensaciones de Koffi y Suyín, son las 0:02, voy a bajar al parque de abajo a respirar un poco y fumar un cigarrillo liado de una multinacional alemana.

Vuelvo al ordenador de Koffi y Suyín a releer este texto, son las 0:16, las 4 de la mañana en Bangladesh, dentro de una hora Chandra, que tiene 15 años, se despertará para coser los pantalones que vestía la mayoría de chavales que vi en el parque bebiendo, escuchando música y fumando. Ella está contenta porque aunque trabaje casi todo el día puede enviar dinero a sus padres que viven aún en el pueblo.

Tengo mucha acidez en el estómago, la pizza del Mercadona me ha sentado fatal.

Koffi y María ya están  muertos.

La “e” final

Anoche me despertó un llanto, venía de la calle, una chica, de voz joven, lloraba desesperada mientras conversaba con alguien en su teléfono, no puede distinguir la conversación entera, pero por lo poco que se entendía su chico, su novio, su amor o su esperanza la había abandonado. Lo que más pude escuchar con claridad era una desesperada letanía: ¡porqué, porqué!, después los puntos de admiración se hicieron de interrogación ¿por qué, por qué?, la intensidad fue bajando y tanto lo repetía entre mocos y sollozos que ya no podía ni pronunciar bien,  las palabras se disolvieron en letras “p p o r q que”, y después de repetirlo varias veces la última “e” se hizo tan eterna y débil como la mezcla de un susurro y un suspiro dentro del átomo de un átomo, las lágrimas fueron todo, la gramática dejó de existir.

En su viaje por esa “e” final sentí algo parecido a lo que ella sentía, me resultó tan familiar y dulce su dolor, por su intensidad, por su sinceridad, por su pureza, y fue como si un golpe inesperado iluminara tantos huecos que nunca había entendido… , “la vida es esto” me dije, intensidad, sinceridad, pureza.

La intensidad per se, la de tener el enorme y raro privilegio de sentir, de estar sujetos a lo inesperado constante, la intensidad de caer cuando uno no lo espera, de enamorarse cuando uno no lo espera, la intensidad de un orgasmo lleno de placer, de ver nacer un hijo propio, de resucitar cuando uno no lo espera, y de morir inevitablemente siempre sin aviso en este juego de equilibrio ciego que es la vida, en el que te dan unas cartas, sabes instintivamente que es un juego, pero nadie te dice las reglas, no hay, las pones tu, tu creas la partida, y no hay dos iguales.

La sinceridad porque no queda más remedio que ser sinceros, porque respondemos ante un cuerpo tan frágil, una piel tan desnuda envolviendo un alma tan única, que ante el vernos reflejados ante otras fragilidades no podemos ser más que abiertos, amplios en la verdad, sinceros en nuestra huérfana hermandad, somos huesos, fluidos, espíritus que nos tocamos los unos a los otros mediante ese hilo de imperiosa igualdad, esa es la única sinceridad, la de sabernos nosotros y todos al mismo tiempo. Alguien no miente cuando miente, sólo se esconde un poco, o mucho, dependiendo del grado de miedo o incertidumbre que sienta, es el miedo a la incertidumbre precisamente lo que nos define, en realidad nacemos sinceros, no mentirosos, pero en la partícula más fundamental, en la vibración cuántica más profunda está escrito el código de ese temor, todos llevamos ese miedo, y no hay mayor sinceridad igualitaria que temblar ante él, esta es la experiencia humana, un camino de sinceridades mutuas y compartidas.

Pureza de los sentimientos que no se pueden escribir, contar ni explicar. Se define pureza como “libre y exento de toda mezcla de otra cosa.”, y eso deben ser las emociones, un yo que sé que está exento de otra cosa que no sea ese yo que sé, la filosofía, el psicoanálisis, la política, o cualquier sistema inventado por la razón son vanos intentos por conducir a una explicación de algo que es meramente experiencial, puro y egoísta (egoísmo del latín “práctica del yo individual”), como la experiencia humana, libre y exenta de toda mezcla de otra cosa.

Lo difícil es mantener la humildad en este proceso vital que nos envuelve (y que nos parece a veces caótico, el caos es la respuesta al miedo al que me refería), y darse cuenta que hay cosas que nunca vamos a comprender, otras que nunca vamos a alcanzar y otras que nunca vamos a ser. Por eso deberíamos vivir más en el viajar que en el permanecer, más en el hacer que en el decir, más en el padecer que en el conocer, más en la honra que en la queja, más en el amar que en el entender el amor. No hay tiempo para pensar, sólo para vivir.

Sólo hay una única verdad cósmica y universal: todo tiende al crecimiento, y morir no se escapa a ese sino. Morir, como vivir, es sólo la etapa de un desarrollo mayor, que humildemente, no podemos entender, que no debemos entender, y si aceptar con calma y sabiduría. Entonces tendríamos que superar esa tendencia a la tragedia humana de “polvo eres y en polvo te convertirás” eso es una trampa para hacernos dejar de crecer, porque somos infinitos en la existencia, antes de ser polvo fuimos otra cosa, y después seremos otra, y mientras, somos mortales humanos. Acaso me resuena mejor “luz y oscuridad fuimos, luz y oscuridad somos y luz y oscuridad seremos”.

Sólo permanece el cambio, y cambio constante es novedad constante, hay que dejarse arrastrar por la corriente de esa ignorancia a lo que fue, y será, por el llanto de un amor que nos deja, y sentirlo con alegría hasta el final.

La chica que me despertó llorando sufría porque es dueña del gozo de ser humana, porque antes fue feliz, sólo así entenderemos que no hay felicidad sin agonía, y que todo es un proceso de trascendencia lógica, preciosa, única.

Todos vivimos en definitiva en la “e” final de un «por qué», en la lágrima alargada de esa chica que anoche me despertó.

Espejo-yo

Nunca me gustó mirarme al espejo, ni siquiera cuando era joven, digo un mirarse sostenido, concienzudo, sin sonrisa ni lágrima, un mirarse sincero, largo, no de pasada. Y lo malo de no haber adoptado esa costumbre es que cuando lo hago muy de vez en cuando me llevo sorpresas. Hoy fue de esos días, todo empezó por observarme las manos, un poco arrugadas ya, llenas de venas y arterias marcadas, manos cansadas, después frente al espejo vino la sorpresa, la de mirarme y no reconocerme, más allá de gustarme o no (lo de auto-quererme es una materia que aún no aprobé) vi por primera vez el reflejo de un largo pasado, tiempo pretérito del verbo «sombra». Vi las posibilidades de lo que fue y no fue, vi un «no se que vendrá», un miedo sin guerrero, una canción sin letra, entonces empecé a temblar, sentí un puñetazo bien dado en la boca del estómago, de los que por acto reflejo te obligan a arrodillarte, vi un final sin destino, vi, me vi, y no puedo echar la culpa al espejo.

Esperanza

Esperanza nació ciega, no hubo tiempo para ambulancias, traslados al hospital, ni siquiera para llegar hasta el dormitorio, nació en el pasillo principal de su casa, en zona de transiciones, como si su decisión primera hubiese sido esa, esa y la de no ver.

Su ceguera, se hizo evidente, al menos físicamente, desde el primer momento. La mayoría de niños nacen con los ojos semi cerrados, ella fue todo lo contrario más una peculiaridad: el color jade/esmeralda que cubría todo el globo ocular, sus ojos eran dos grandes piedras preciosas en movimiento, pero no dotados de la frialdad y dureza de los minerales, sino orgánicos, vivos, brillantes, con la curiosidad de un planeta nuevo. No emitió ningún sonido al nacer, mejor dicho, ningún llanto, su madre juraba que la escuchó cantar en el momento del parto, aunque el revuelo general en la casa impidió que los demás la oyeran. Y como es habitual en las personas con alguna discapacidad, ella tenía desarrolladas otras cualidades para compensar el “desequilibrio general”, en su caso un oído absoluto que rozaba lo mágico, cuando sus padres hablaban a decenas de metros o en otra habitación, ella daba signos de oírlo perfectamente porque contestaba, mejor dicho, gemía asintiendo o rechazando las opiniones de los mayores, tanto fue así que sus padres desde el principio se acostumbraron a hablar muy bajito y el perro a no ladrar con sus vecinos, y eso que vivían en una barriada de esas que parecen panales de abejas, donde la gente acostumbra gritar mucho, quizás imitando el zumbido de las abejas.

Pasaron las semanas y el silencio empezó a adueñarse de la casa, no un silencio inquieto de hospital, más bien espiritual de monasterio, lo curioso es que ese aire callado parecía atravesar las paredes y contagiar a las casas vecinas porque paulatinamente dejó de oírse cualquier zumbido o portazo por los pasillos, hasta el cartero depositaba en orden y silencio las cartas sobre cada celdilla del panal que era el bloque H, el de Esperanza.

Nadie pareció alarmarse, la calma que comenzó en el bloque se fue paulatinamente adueñando de los contiguos, primero el G y el I, después el F y el J, únicamente quienes no vivían ahí se quedaban atónitos al pasar delante y por supuesto, callados por una fuerza mayor.

Se pasó de hablar bajo a susurrar, y después a un silencio telepático, contagioso, un silencio que fue en aumento hasta el día que antes de su primer cumpleaños Esperanza murió.

Fue un funeral sin llantos.

Y me llaman General

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Hoy me pinto de guerrilla
dispongo mis fusiles
preparo los errores como armas
los lamentos como balas
y construyo de des-memorias los morteros
las granadas
llamo a filas a los soldados de mis rabias
para que si yo caigo otro lo intente
esas rabias que son infinitas
como mis fuegos.

Y me llaman General
porque saben que hoy liquidaré al tirano
o moriré intentándolo
y no existirá jamás una tumba tan viva.

Niego la muerte
enterrado en torturas
en lo inconfeso
en lo inaccesible del exilio
no seré ya más convicto de derrotas.

Me espera el desembarco
y mientras veo la cercana orilla
sin luna pero clara
pintado de noche
afilo los cuchillos
enveneno de lágrimas los dardos
vomito esperanzas
y me envuelve la calma del punto de no retorno

ahora soy
todas las guerrillas

Y me llaman General
porque mis manos no tiemblan
porque respiro el humo y la metralla
como manjares de Olimpos
porque ayer desayuné la carne de un traidor
y su sangre me supo a miel
porque mis músculos no están en mis brazos, ni en mis hombros
sino en mi corazón
en lo férreo
en mi convicción.

Y será una victoria si tan sólo consigo que un tirano
alguna vez, en algún lugar
mire frente a frente mis fuegos
y los de mis caídos
y tiemble ante mí
pintado de guerrilla.

 

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Maxi Kohan
2009

 

Lorazepam

Intentas descansar por quinta semana consecutiva (cambiar la montaña por la ciudad no te sentó muy bien), cierras los ojos y las paredes de papel vuelven a su tortura de transparencia sonora, en la habitación de al lado tu madre tose, la vecina, que confunde comunicarse con gritar, vuelve a la carga, todo parece una protesta, el mundo la maltrata y nadie la entiende, rezas por oír el portazo final que precede su silencio, la otra pared susurra una televisión constante, las noticias que se repiten, los concursos para descerebrados, las teletiendas por la noche, en la habitación de al lado tu madre tose, desde el patio interior se mezcla el reguetón del segundo con las sevillanas del cuarto con el chaval que estudia trompeta del quinto, acentos latinos, ucraniano o ruso, rumano, árabe, hay muchas ventanitas, muchas historias, al mismo tiempo en sintonía universal desde la calle el del butano utiliza su llamada habitual que consiste en golpear con un metal las bombonas, para que sepamos que está ahí, que vende gas, que las bombonas son de metal y que es ahora o nunca, la gente responde y sale al balcón a gritar su piso y su letra, como antiguamente se gritaba lo de “agua va” antes de tirar la vacinilla de caca y pis por la ventana, en la habitación de al lado tu madre tose, pasan dos mujeres por la calle contándose la vida como dos altavoces sordos, como si nos importara a alguno que el Pedro no saca a pasear al perro nunca y que la otra está cansada de tanto calor, que le sienta fatal (es Sevilla, es verano, oh sorpresa), en la habitación de al lado tu madre tose, a una cierta hora, todos los días decenas de niños gritan en el parque de sombra y cemento bajo tu casa, y se te quitan las ganas que tenías de ser padre, el rumor de cada coche y puta moto/pedo que pasa te recuerda que el aire que respiras no es tan aire, que acabarás tosiendo tu también hasta el vómito final si te quedas en este barrio.

Abres los ojos tras tu simulacro de siesta, notas tus ojeras tan caídas como tus huevos y tus huevos hinchados como dos ojeras de vampiro, porque hace ya casi cuatro o cinco años que no practicas sexo bueno, y antes de eso habían pasado otros tantos años, recuerdas a tus primeras novias, la baba, la novedad mutua de meterse mano, las ganas adolescentes, cuando de un beso con lengua y un roze en tu entrepierna hacían que te corrieras debajo de los pantalones en el banco de un parque, o en el asiento del autobús camino al instituto aprendías a tocarla a ella, fue mucho después lo de las sumisas, las drogas, el porno, los tríos, el látex, los límites del juego, y ahora piensas en adolescentes y en babearlas, pero no te atreves ni a mirarlas por la calle, te resistes a tu viejo verde interior, te culpas por el deseo de lo prohibido, en realidad, si fueras sincero contigo lo que te pasa es que te sienta como el culo que ni te miren, que te vean como a un viejo sin color.

Muy a lo lejos distingues unos pájaros piando, no son los mismos del cortijo de la montaña en la que vivías, pero algo te resuena: la libertad del silencio, el aire limpio, la soledad en la compañía del bosque, la Plenitud fuera de todo y dentro del mundo. La montaña te cambió, te hizo olvidar y recordar quién eras, en la habitación de al lado tu madre tose.

Son ya las cuatro de la mañana, pasa un grupo de borrachos cantando, para ellos el mundo está vacío y muy interesado en sus melodías, y entonces, otra vez, recuerdas que no te vas a ir de aquí de momento, y lo sabes, porque el día que tu madre deje de toser la vas a echar de menos, y no quieres sentirte mal por no haber disfrutado de ella un año más, tu sola presencia la hace feliz, y cuando sonríe se le borran las arrugas y hasta parece que tenga dientes, se lo debes por no haber estado durante tanto tiempo, algo en ti repite que estás haciendo lo correcto, que estás haciendo lo correcto, que estás haciendo lo correcto.

A las seis de la mañana, unos perros se daban los buenos días desde el edificio de enfrente al mío, entre ensoñaciones pensé que justo en aquel momento una raza alienígena había extinguido a otra en una guerra intergaláctica, los púlsares y quásares después de eones seguían siendo los relojes perfectos de Dios, me gustaba creer eso de que el universo seguía en expansión a no sé cuantosmil kilómetros por segundo, alguna supernova habría por fin explotado dando vida a otros universos dónde habrían barrios horribles, televisores, perros hablando, gente ladrando y paredes de papel.

Al día siguiente visité a mi nuevo médico de cabecera vestido con mis ojeras, para decirle que llevaba semanas sin poder dormir, que igual no me entendía, pero que vivía en la montaña, y ahora me mudé a este barrio, yo esperaba ansioso que me trate como la mayoría de médicos y me recete sin sentimiento alguno unas pastillas, pero resultó ser un buen tío y buen médico, así que me recetó los nombres de unos pueblos y sierras cercanas, por dentro me cagué en su maldita profesionalidad, asentí, le sonreí con sinceridad, le di las gracias y le comenté a posta algo que le diera pena, al final, me acabó recetando algo.

Autoceguera

cada cosa que no queremos ver es una atadura para el alma libre

no hay mayor prisión que la ceguera autoimpuesta

la censura se convierte en el peor virus de nuestros tiempos

caminar a ciegas es no ver hacia dónde vamos

amar es mirarnos desnudos

Fantasma

dime que no eres ese fantasma

el que camina por cada rincón que piso

que no lames mi saliva a escondidas

ni pisas mis cielos

dime que hay una muerte después de la muerte

en la que no existen los fantasmas

sólo recuerdos que se funden como copos de nieve en verano

dime al menos que si eres fantasma

es porque alguna vez

fuiste algo

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Resolución

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He descartado la claridad de mi presencia, he abrazado la locura como al peluche más querido de mi infancia, me he dejado perder por carreteras lejanas sin destino aceptando el camino como rumbo infinito.

Y ahora que aprendí a amar mi piel como único mapa, a mis pies como única bandera, descoso las raíces del pasado, me visto de futuro, olvido todos los himnos aprendidos, y me dejo caer sin gravedad en el vacío de mi ausencia.
Así llegué a conocer lo incierto de mi mismo.

Entrevista en «Es Madrid no Madriz»

En la página 52 podréis encontrar la entrevista que me realizó ramón Rivas para su publicación «Es Madrid no Madriz» en su número de Diciembre de 2017.

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la nieve blanca rociaba tu piel canela

abajo el asfalto, arriba el cielo

corríamos refugiando el frío en cada portal de la ciudad fantasma

gritamos libertad cuando el cielo enmudeció

Censura, un futuro fatal.

Acabo de leer un artículo donde se dice que Reino Unido y Alemania censuran la obra de Egon Shiele, podeis leerlo AQUI.

¿Hacia que tipo de sociedad caminamos?, puedo entender que se censure algo pornográfico en las vallas de una ciudad, puedo entender que se reprueben actos de violación y desigualdad, puedo entender que a ciertas edades no sea bueno ver depende que películas, ¿pero censurar el arte?, no enseñemos a los niños la naturalidad de un cuerpo desnudo, no enseñemos una sexualidad sana, veamos a idiotas en los medios vanagloríandose de su «hombría», veamos a mujeres ligeras de ropa insinuándose en publicidades de perfumes y cremas, veamos eso si corrupción y violencia a nuestro alrededor, elevemos la imagen de personajes con poder material, de soldados, de políticos vacíos, de maniquís imposibles. Me parece increíble como en ciertos aspectos la antigua Grecia o el imperio romano eran más tolerantes con los gays y lesbianas, los desnudos y la poesía erótica. Cuando eramos niños nos tapaban los ojos cuando se vislumbraba una escena de sexo, pero en la tv y en los cines se podía ver Rambo, Robocop, y anuncios de Axe, algo no va bien así a mi entender.
Desfilemos entonces con cincel y martillo destruyendo todos los genitales de las esculturas clásicas, acabemos con la historia a golpe de censura. Estamos llegando al fin a la era de la vergüenza de nuestra propia naturaleza. Censurando pezones femeninos y genitales, esos que por cierto nos dieron la vida a todos sin distinción, censuramos la propia vida. Futuro fatal.

Síndrome de Quasimodo

El poema que ha inspirado este escrito:

 

Totalmente de acuerdo con estas palabras ( y de paso felicidades por estos versos a la escritora). Cuanta verdad, cuanto daño ha hecho Disney en la psique de occidente, siempre lo supe, nunca me gustaron las pelis de Disney, me daban miedo, o me hacían llorar, amén de esos predecibles finales.
En este poema se habla del estereotipo de la mujer, pero tampoco me gusta el del hombre, nunca me gustaron los príncipes rubios, ni los guerreros fornidos, nunca me identifiqué con ellos (quizás porque nunca fui ni rubio ni fornido), pondré como ejemplo «El jorobado de Notre Dame».
Me encanta el personaje de Quasimodo más que ningún otro, un ser libre, especial, que vuela por su amada catedral (su mundo interior y espiritual tal como lo interpreto yo) haciendo música con las campanas, que sonríe a la vida, pero que tiene que ocultarse, ocultar sus dones a un mundo hostil tan sólo por su aspecto físico, sólo tras un acto de heroísmo (matar a alguien) es reconocido y aceptado, un acto de valentía que además le lleva a renunciar a su amor (Esmeralda, una preciosa gitana de ojos verdes) y cedérsela al «rubio/fortachón/sonrisa profident» de turno. La distorsión de Disney además es total, ya que en la versión original de Victor Hugo «Nuestra señora de París» su amada Esmeralda muere, y por amor el decide morir junto a ella tras matar a su asesino.
La pregunta se hace evidente: ¿por qué los Quasimodos de este mundo no pueden irse con las Esmeraldas?
Cuanto daño has hecho Walt y compañía, no por crear un mundo de fantasía, si no de estereotipos tan excluyentes, al menos yo siempre me sentí excluido, será que imaginamos diferente.

Fuego Vs fuego

Este es un tema bastante controvertido realmente. El caso de Hasel me parece un hilo conductor perfecto para abrir esta reflexión, que dejo claro es personal y no pretende ser aleccionadora.

Conozco las canciones de este rapero hace tiempo y lo primero que me gustaría decir es que me parece una barbaridad incoherente meter en prisión a alguien por manifestar sus ideas, no lo comparto y lo denuncio, pero es una gran duda para mi el concepto de «la violencia se combate con violencia», creo por un lado que el sistema sí es opresor y cada vez ahoga más y más, hay muertos por el sistema que no se reflejan en los medios de (in)comunicación (los que no pueden ser operados por largas listas de espera o no pueden comprar medicinas, los que se han suicidado por no cumplir una deuda con un banco, los inmigrantes que intentan llegar hasta aqui y un largo etc…) y que lo que están consiguiendo es precisamente que nos organicemos, que nos violentemos, y que al final matemos en defensa propia, así les daremos la escusa perfecta para reprimirnos más, entonces habremos entrado en la espiral que querían, consecuencia: más control, más represión y además promovido por los medios contará con la aceptación general. También tengo miedo que ganen los que piensan así, porque seguramente cuando manden fusilarán a quien no esté de acuerdo con ellos, como hizo el infame Che Guevara (recomiendo que se estudie la historia real y se vean las decenas y decenas de fusilamientos que el mismo firmó) o el sistema Stalinista (de 1937-1938 en la URSS se practicaron 2,5 millones de detenciones, y entre 1921 y 1953 se fusiló por motivos políticos a 800.000 personas). ¿Cuantas organizaciones armadas han habido que empezando con lus fusiles acabaron imponiendo muerte o terror indiscriminado? un ejemplo claro son algunos movimientos guerrilleros en lationamérica.
Hasta aquí todo suena un poco argumentario de la derecha mediática española, pero yo no soy ni pienso así, y aquí entra mi debate interno ¿entonces que?, ¿partidos políticos tipo Ciudadanos y Podemos? no han cambiado nada, ¿movimientos violentos antiglobalización? no tienen la fuerza y la aceptación necesarias, y como dije antes no creo que la violencia sea la solución, ¿irnos a una isla desierta los que pensamos igual? la globalización se ha encargado de que eso ya no exista, nada de eso, y para que este no sea un escrito de queja vacía voy a proponer a continuación mis personales soluciones.
Yo estoy a favor de la lucha, de la resistencia, de la movilización, de la protesta, estoy igual de indignado que los indignados y soy víctima de esta carcel invisible capitalista, pero creo que desde las cárceles y las tumbas poco se puede modificar. Tampoco creo en la resistencia pasiva, hay que ser más inteligente que ellos, y digo inteligentes porque el conocimiento es poder.

Descubrir la verdad
Primero destapar su juego, publicar las cuentas de todos los corruptos, destapar todos los escándalos de las multinacionales, provocar una transparencia global total, gente como Edward Snowden, el equipo de Wikileaks o Anonymous, por mencionar algunos, están en ese camino, creo que un «buen» haker tiene hoy más poder que miles de cócteles molotov, aunque consigamos una pistola para llevar a una manifestación el sistema tendrá mil fusiles más, aunque se coloque una bomba que vuele un parlamento caerá un edificio, pero no un sistema. Una vez conseguida esa trasparencia (quizás con métodos de ciber-ataques si la justicia no funciona) propongo devolver, repartir y reparar los perjuicios medioambientales y sociales que corporaciones y personas hayan realizado. No tengo nada en contra de los ricos si no han robado o no se han aprovechado de nadie, es lícito trabajar y ganar lo que uno pueda. En resumen, me parece mejor idea y más util mandar a la quiebra un banco corrupto que matar a un banquero.

Ejercer presión social: exponer echos, no ideologías
No sólo mediante manifestaciones, sentadas, o protestas, si no compartiendo masivamente la información a la que me refería en el punto anterior, hoy hay medios para tener un canal de TV o una radio en internet, se pueden compartir noticias importantes en las redes tanto como fotos de gatitos, y se que ya las hay, pero son minoritarias y locales, y a veces son un discurso que no encaja con la mayoría, hace falta gente dispuesta a invertir (¿burguesia concienciada?) para formar y crear los mismos medios de difusión con los que cuenta el sistema y lo más importante, exponer HECHOS no IDEOLOGIAS, que esto es por lo que creo han fracasado los nuevos partidos de izquierdas. Creo que la era de las grandes ideologías ha terminado, fueron dibujos infantiles, ahora toca hacer arte en serio, estamos despertando a un nuevo mundo de sentido común, de hermandad, lo bueno de la globalización es que nos ha acercado un poco más a todos, y eso es un paso muy positivo, sentir la alegría o el sufrimiento de alguien a miles de kilómetros nos hace sentir la unidad que en realidad somos, en definitiva recomiendo crear y crecer la conciencia/inteligencia colectiva.

No pagar
Esta es para mí la clave, ellos tienen las balas, pero nosotros el poder real, y este poder no sólo es gritar en una concentración. Ellos tienen poder porque NOSOTROS SE LO PAGAMOS, nos distraen para que no nos demos cuenta, pero ellos DEPENDEN de nosotros, no al revés. Así que mi propuesta final es: no pagues más.
Claro que esta opción no funcionará de ninguna forma si es individual y no colectiva, y cuando digo colectiva me refiero a MASIVA.
Me encanta imaginar, y me imagino que de repente, durante un período de tiempo NADIE pague al sistema.
¿Que pasaría si…? retirásemos TODO el dinero de nuestros bancos, si no pagásemos deudas injustas, si no llenásemos de gasolina nuestros coches, si no pagáramos impuestos al estado (que entre otras cosas financian armas, represión, recortes e injusticias), si dejásemos de consumir todo eso que no necesitamos realmente, si en vez de comprar en supermercados cultivásemos más (ya escribiré algo sobre la importancia de las economías locales y lo dañino de las grandes superficies comerciales), el estado no podría denunciar y detener a TODA la población, no tendrían más remedio que por fin ESCUCHARNOS y dejarnos participar en las decisiones, se darían cuenta al fin que el poder es nuestro. Así de sencillo, basta ponernos de acuerdo en CUANDO y empezar. No será fácil, usarán el miedo, nos cortarán la luz, desaparecerán algunos, pero no podrán contra todo el poder humano de transformación, aquí es donde hay que resistir, y lo conseguiremos si nos apoyamos unos a otros, si cada bloque de edificios, cada barrio y cada pueblo se solidariza con su vecino.
Por mucho que gritemos nada va a cambiar si les seguimos pagando.

¿De que vale ir a manifestarse con un teléfono made in china fabricado con injusticia?, ¿gritar contra el capitalismo vestidos con ropa teñida de sudor esclavo?, ¿enarbolar banderas de ideologías rancias que no han funcionado?
Sencillamente: no pagues.